El presidente libanés, Joseph Aoun, afirmó que intensifica sus contactos con el objetivo de «presionar a Israel» para que se retire de las aldeas que sigue ocupando en el sur del Líbano en cumplimiento del acuerdo de alto el fuego, cuya extensión vence mañana, 18 de febrero.
«Seguimos manteniendo llamadas a distintos niveles para presionar a Israel para que respete el acuerdo, se retire en la fecha especificada y devuelva a los prisioneros», dijo Aoun, de acuerdo con un comunicado de la Presidencia libanesa.
En este sentido, pidió a los patrocinadores del alto el fuego -Estados Unidos, Francia y la misión de paz de la ONU en el Líbano (FINUL)- que «asuman sus responsabilidades» y ayuden al Estado libanés a que los plazos del pacto sean respetados, a falta de horas para que expire la extensión del alto el fuego.
El pasado 27 de noviembre entró en vigor un cese de hostilidades de 60 días que preveía la retirada de las fuerzas israelíes presentes en el territorio libanés y el despliegue del Ejército libanés, así como el repliegue del grupo chií Hizbulá al norte del río Litani, a unos 30 kilómetros al norte de la divisoria con Israel.
La duración del pacto fue posteriormente prorrogada hasta el 18 de febrero, después de que las partes incurrieran en demoras a la hora de cumplir con algunas de sus obligaciones.
Sin embargo, en las últimas semanas medios árabes han informado de que Israel habría pedido una nueva prórroga del acuerdo, algo a lo que el Líbano se opone de plano.
La semana pasada, el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, dijo en un comunicado que Estados Unidos le informó de que Israel retiraría sus tropas de las aldeas del sur del Líbano el 18 de febrero pero que mantendría su presencia «en cinco puntos» del territorio libanés, algo que las autoridades del Líbano rechazaron.
Por su parte, el secretario general de Hizbulá, Naim Qasem, amenazó ayer con tomar represalias si Israel no se retira del sur del país antes del vencimiento de la extensión del alto el fuego, mientras que señaló al Estado libanés como el «responsable principal» de presionar al Estado judío y de reconstruir el país.
La guerra entre Israel y Hizbulá provocó la muerte de más de 4.000 personas y obligó a más de un millón a desplazarse solo en el Líbano.