Un adolescente de Luton, al norte de Londres, que asesinó a tres miembros de su propia familia y planeaba perpetrar un tiroteo masivo en una escuela primaria, deberá cumplir una condena de cadena perpetua con un mínimo de 49 años antes de poder optar a la libertad condicional, según confirmó un tribunal británico.
Nicholas Prosper, de 19 años, quien durante el proceso judicial expresó su deseo de convertirse en un asesino «notorio», fue sentenciado hoy por la jueza Bobbie Cheema-Grubb en la Corte de Magistrados de Luton.
En la audiencia, la magistrada destacó que el joven «intentaba provocar un desastre en la comunidad de Luton» con planes que calificó de «inteligentes, calculadores y egoístas». «Su ambición era alcanzar notoriedad. Quería ser recordado póstumamente como el asesino escolar más famoso del mundo en el siglo XXI», afirmó Cheema-Grubb.
Según la jueza, las vidas de la madre y los hermanos menores del acusado «fueron daños colaterales en su camino para hacer realidad su ambición de matar». Prosper asesinó a su madre, Juliana Falcon, de 48 años, y a sus hermanos, Giselle Prosper, de 13, y Kyle Prosper, de 16, en el apartamento familiar en Luton el 13 de septiembre del año pasado. Disparó contra ellos y, además, asestó más de cien puñaladas a su hermano.
Tras el crimen, el asesino permaneció escondido durante más de dos horas antes de contactar a la policía en una calle cercana, donde les mostró el lugar donde había ocultado un arma cargada y 33 cartuchos cerca de unos campos de juego.
El adolescente, que nunca logró adaptarse al sistema educativo ni mantener un empleo, había planeado un tiroteo masivo en su antigua escuela primaria, motivado por su obsesión por alcanzar fama. Un psiquiatra forense que lo evaluó señaló que Prosper mostraba «una extrema falta de empatía y remordimiento», características propias de tendencias psicopáticas.
El condenado había falsificado una licencia de armas y la utilizó para adquirir un arma y 100 cartuchos el día previo a los asesinatos.