DEIR AL BAAH, GAZA.- Israel liberó a diez prisioneros palestinos en Deir al Balah, en el centro de la Franja de Gaza, que fueron trasladados directamente al Hospital Mártires de Al Aqsa de la ciudad, donde EFE pudo constatar que mostraban signos de haber sufrido abusos durante su estancia en prisión.
Los diez prisioneros, todos ellos hombres de mediana o, sobre todo, avanzada edad, descendieron visiblemente cansados de los autobuses en los que llegaron al hospital. Uno de ellos, con heridas visibles en la cabeza y las manos, necesitó ayuda para bajar del vehículo y tuvo que ser trasladado directamente a una silla de ruedas.
«Me arrestaron en Beit Lahia (norte) injustamente, en mi casa. Me mostraron el infierno en la cárcel. Pasé cinco meses, algunos de nosotros pasaron seis», dijo a EFE Nuaim al Buraei mientras esperaba a ser atendido en una de las camillas del hospital junto al resto de liberados.
En el mismo lugar, Mohamed al Shimali cuenta cómo fue detenido cuando conducía un camión a su paso por el corredor de Netzarim, la frontera que estableció el Ejército israelí bajo Ciudad de Gaza, de donde es Al Shimali, para aislar el norte del sur de la Franja.
Todos los excautivos entrevistados por EFE fueron capturados en el norte del enclave: Yamal Hadi, que también espera a ser atendido ataviado con el chándal gris con el que Israel viste a los presos, fue capturado en Netzarim. Yamal Jairy, quien cuenta además haber pasado cinco meses en la cárcel, fue arrestado en la localidad norteña de Yabalia.
«Los prisioneros liberados por Israel fueron sometidos a abuso físico», recogió un comunicado del hospital, que añadía: «están en condiciones físicas y de salud mental extremadamente difíciles».
Los prisioneros aseguraban no saber por qué habían sido liberados, si bien todos tienen en común su avanzada edad y que sufren enfermedades.
Según las principales organizaciones de apoyo a los presos palestinos, el Club de Prisioneros y la Comisión de Asuntos de los Detenidos y Exdetenidos, 1.747 palestinos de Gaza se encuentran en prisiones israelíes bajo la «Ley de Encarcelamiento de Combatientes Ilegales», por la que puede mantener a individuos detenidos sin juicio.
